Con su arte y solera, D. Manuel respondió a las preguntas de la siguiente forma:
Mi sitio preferido para ir de tapas se limita a un sólo bar de Triana, en concreto, el bar Santa Ana de la calle Pureza, principalmente por el trato que se tiene con los camareros. Suelo frecuentar mucho este bar, algunas veces acompañado por mis dos hijas y luego permanezcemos allí el resto del día, desde el café del postre hasta la copa de vaso largo.
Llevo muchos años pasando por allí, casi desde niño y he hechado muy buenos ratos con los amigos. Hasta han llegado a pensar que yo era de Triana de las veces que me veían por allí. He tenido vivencias muy buenas en este bar, he conocido a muchos capataces antiguos, entre ellos a los reconocidos como Los siete magníficos.
Entre las tapas que se sirven en este bar destacaría el montadito de lomo, las papas a la brava o el solomillo con dátiles que está buenísimo, pero su mayor encanto está en el ambiente cofrade que allí se respira.
Yo soy más cofrade que el Cardenal y en el bar Santa Ana hay muchísimas fotografías, e incluso suelen poner películas cofrades, ya que a mi no me gusta ni la Premier League, ni la National Geographic, a mi lo que me gusta es este ambiente sevillano.
Cuando era pequeño ibamos los domingos a la misa y cuando llegaba el día del sorteo de la patrona, que cada año le tocaba a uno de los capataces antiguos, nos reuníamos en el patio de la iglesia de Santa Ana, y se sorteaba al azar como los toros: en un sombrero se metían papeles con los nombres de los capataces para elegir uno. Una vez se hacía el sorteo nos ibamos al bar Santa Ana y después ibamos al bar de La sardina, de la calle Betis, cuyo dueño también era cofrade, tenía un quiosco en la acera del río que está abierto desde los años sesenta y aún sigue en pie, ya hoy en día habrán incluido más tapas, pero antes sólo había sardinas, tinto y cerveza, por eso se le conocía como el bar de La sardína, que hoy en día se llama Los Chorritos.
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