En abril de 1956 y bajo el título de "Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo en el Abandono de sus Discípulos y Nuestra Señora de las Mercedes y San Juan Evangelista en la Tercera Palabra", nace nuestra hermandad.
Sus fundadores perseguían el objetivo primordial de ejercer el apostolado y la caridad, así como fomentar la piedad en el sevillano barrio del Tiro de Línea, a través del culto a sus Imágenes. Su residencia canónica se estableció en la Parroquia de Santa Genoveva, lo que le da el nombre popular. En octubre del mismo año fundacional fueron aprobadas sus primeras Reglas por el Sr. Arzobispo Bueno Monreal, que establecían la salida penitencial de la Cofradía en la jornada del Lunes Santo y tomaba como lema "Por un Mundo Mejor", movimiento promovido por S.S. Pío XII en 1952.
Sus fundadores perseguían el objetivo primordial de ejercer el apostolado y la caridad, así como fomentar la piedad en el sevillano barrio del Tiro de Línea, a través del culto a sus Imágenes. Su residencia canónica se estableció en la Parroquia de Santa Genoveva, lo que le da el nombre popular. En octubre del mismo año fundacional fueron aprobadas sus primeras Reglas por el Sr. Arzobispo Bueno Monreal, que establecían la salida penitencial de la Cofradía en la jornada del Lunes Santo y tomaba como lema "Por un Mundo Mejor", movimiento promovido por S.S. Pío XII en 1952.
En dichas Reglas quedó reflejada la relación entre la Hermandad y la Orden de la Merced, redentora de cautivos, siendo el padre mercedario fray Amerio Sancho Blanco, Abad de Monte Líbano, autor del prólogo de las mismas. Seguidamente se eligió la primera Junta de Gobierno de la Hermandad, siendo designado como primer Hermano Mayor D. Antonio Lerate Santaella, siendo el primer Director Espiritual de la misma D. Julio Rodríguez La Horra, a la sazón párroco de Santa Genoveva.
Desde el primer momento la vinculación entre el barrio, la parroquia y la Hermandad fue total, hasta el punto que para vecinos y feligreses todo ello era una misma cosa. Pero esta mutua identificación quedaría potenciada a partir de la llegada de un nuevo párroco en junio de 1957, D. Antonio González Abato, un carismático sacerdote que desde el primer instante se volcó con una Hermandad que, pese a tener más de un año de existencia, aún estaba en sus comienzos.
Por entonces la Cofradía había realizado ya su primera estación de penitencia mediante una representación de ocho nazarenos que la hicieron acompañando a la Hermandad de Santa Marta el Lunes Santo de 1957, pero no sería hasta 1958 cuando tuviese lugar la primera salida del cortejo procesional de la Hermandad con su cuerpo completo de nazarenos y sus dos pasos.
El largo recorrido que había que cumplimentar fue considerado heroico por algunos y "de locos" por los menos confiados, ya que por entonces se pensaba que no era posible realizar una estación penitencial a la Catedral desde el extrarradio de la ciudad.
Por ello la Hermandad causó gran admiración a su llegada al inicio de la Carrera Oficial, sentimiento que se ha mantenido desde aquellos años hasta la actualidad, en que la Corporación se ha convertido en una de las de más personalidad y devoción, estando, además, entre aquellas que posee una de las nóminas de hermanos y nazarenos más altas de Sevilla.
Fotografías: Archivo Barcaiztegui.